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03 junio 2018

David Delfín, nombrado hijo adoptivo de Marbella al cumplirse un año de su muerte

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El diseñador andaluz, que falleció a los 46 años después de un año de lucha contra el cáncer, llegó a revolucionar el mundo de la moda con sus creaciones

Hace solo unos días, la actriz Bibiana Fernández recordaba el momento en el que se enteró de la noticia del fallecimiento de su gran amigo, David Delfín, víctima de un cáncer. “Recuerdo el día como si fuera ayer, me desperté a las 6, tenía que venir a Madrid a grabar, hablé con Pepón …y prefiero no seguir”, escribía afligida en sus redes sociales, las mismas en las que puntualmente sigue compartiendo fotografías del diseñador. Este domingo se cumple un año de su muerte, a los 46 años, y los homenajes, ya sea en forma de mensajes de recuerdo de sus más allegados o de gestos institucionales, siguen sucediéndose.

El viernes, el Ayuntamiento de Marbella le nombró hijo adoptivo a título póstumo en un acto al que acudió la madre del creador, María González, quien no pudo contener las lágrimas al recoger el galardón que homenajeaba a su hijo. Fue el momento más emotivo de toda la ceremonia, en la que se hizo referencia la importancia que había tenido la ciudad en la vida de David Delfín. No en vano, el diseñador pasó su infancia -desde los tres años- y adolescencia en la calle Sol, una de las que se enmarcan en la emblemática zona de El Barrio. Allí se enamoró de las pasarelas gracias a su madre, que ejercía como modista. Años después hizo las maletas y puso rumbo a Madrid, decidido a cumplir su sueño.

 

Tras fundar la firma Davidelfin en 2001 junto a los hermanos Postigo, comenzó su revolución en el mundo de la moda. Debutó en Cibeles marcando un antes y un después gracias a su carácter transgresor y a los espectáculos en los que convertía cada uno de sus desfiles. Los premios no tardaron en llegar. Primero el Premio L’Oreal al mejor ‘joven diseñador’, posteriormente a la ‘mejor colección’ de primavera-verano, en 2013… y en medio de la vorágine estilística y mediática encontró amigos inseparables como Bimba Bosé, quien falleció cinco meses antes que él, también víctima de un cáncer.

El duro varapalo llegó en enero de 2016, cuando le fueron detectados tres tumores cerebrales, de los que fue operado tres meses después. “Es grave, soy consciente. Y sé que es una lucha real, son tumores de grado 3 que lo que quieren es seguir adelante… pero tenemos que pararlos”, confesó a la revista Vogue en un reportaje cuyas fotografías firmó su pareja, Pablo Sáez, y en las que mostraba la dureza de la enfermedad en forma de cicatrices tras las intervenciones quirúrgicas. Pero él siguió luchando. Sacó fuerzas de flaqueza para diseñar un logotipo para la campaña de concienciación y lucha contra el sida ‘Compartir momentos’. Su cambio físico, en septiembre de 2016, ya era notable.

“Si hay algo que tiene la enfermedad es que das pena, y la gente no te insulta tanto en las redes sociales, me siento como si fuera mejor diseñador”, comentó durante la comparecencia ante los medios. En ella avanzó también que, aunque no iba a estar presente en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid de esa edición, su intención era regresar al año siguiente con más fuerza. No pudo ser. La del otoño-invierno 2016-2017 fue su última colección. Un mes después de su fallecimiento, el Gobierno decidió otorgarle, a título póstumo, el Premio Nacional de Diseño de Moda. Fue, al igual que el de este viernes, un acto en el que las emociones estuvieron a flor de piel, sobre todo las de la familia y amigos de David Delfín. Su recuerdo y su legado, como ahora, al cumplirse el primer aniversario de su muerte, están más presentes que nunca.